martes, 22 de febrero de 2011

Ciclo dominical sobre la muerte

Le pone la mano en la boca para que no grite y a pesar de ello la mujer se retuerce intentando liberarse. En el callejón se escucha el eco de sus tacones rozando el suelo. Sin prisas, el hombre se saca la navaja del bolsillo trasero y la aprieta contra la piel que tiembla. La mujer forcejea, buscando a su agresor con las manos, pero él la esquiva sin soltar el arma. Justo en el momento en el que un primer hilo de sangre comienza a correr por su cuello ella pierde las fuerzas. A él también le faltan las fuerzas, se estremece y le sudan las manos, pero aún así hunde la navaja en la carne. De pronto cierra los ojos y abraza a la mujer. Cuando vuelve a abrirlos mira hacia abajo y ve como la sangre comienza a gotear sobre sus zapatos.
- Buena, ¡corten!

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